
¡Hola, hola!
En esta entrada quiero reflexionar un poco sobre salud y sistemas de salud, que más que “sistemas de salud” son “sistemas de enfermedad”.
Suena raro, pero es como lo veo; los sistemas de salud son más sistemas de control y manejo de enfermedades que sistemas que fomenten y creen las bases para evitar problemas de salud. Aunque los temas políticos, socio-económicos y culturales ciertamente juegan un papel fundamental en esta situación, no me voy a meter en ellos hoy, porque no son relevantes para el desarrollo de esta idea.
Dicho esto, me llama la atención que no nos acercamos a un hospital a menos que tengamos un dolor, una lesión o una enfermedad que requiera atención inmediata o continua.
No tengo conocimiento de alguien que haya visitado un hospital para preguntar cómo sentirse todavía mejor, a buscar información de cómo incorporar nuevos hábitos de vida y nutrición que fomenten su buen estado de salud, y a que les orienten en cómo durar muchos años en plenitud física y mental; probablemente exista, probablemente es un unicornio azul.
Nuestros “sistemas de enfermedad” enfocan en pastillas, exámenes clínicos de pedazos de cuerpo o marcadores que muchas veces no dicen nada, en procedimientos e intervenciones clínicas.
Probablemente a los doctores les gustaría tener el tiempo para explorar las causas de los padecimientos con los que llegamos, más allá de buscar un químico que neutralice los síntomas y nos devuelva a los “buenos hábitos” que podrían ser las causas que nos pusieron en el hospital, en primer lugar.
Probablemente a los doctores les encantaría establecer con los pacientes un plan que enfoque en su bio-individualidad y ofrezca una versión en la que puedan involucrarse y aprendan cómo contribuir a su propio bienestar. “Deje de fumar, baje de peso, tómese estos medicamentos y coma saludable”- lo que sea que esto último signifique para cada quién- no deja mucho margen a pensar que tenemos algo que decir en el caso, y no cierra la brecha entre la causa y el remedio, el cual, muy probablemente, no es déficit de un medicamento, o la obligatoriedad de comer lechuga y pechuga y correr el medio maratón para prosperar en salud: es único a cada paciente.
La nutrición y el estilo de vida son temas apenas tratados durante la carrera de Medicina. Los doctores están atrapados entre su vocación y su entrenamiento, entre su paciente y lo que se espera de su desempeño, si algo, ellos, como los pacientes, son víctimas de los sistemas médicos, de los intereses económicos públicos y privados, de la discreta evolución de los programas de estudio, de la sociedad, que no dice nada, y de los gobiernos, que se interesan poco en educar.
Es curioso que los medicamentos se prueben contra placebos. Sería interesante que los probaran contra cambio sustanciales de estilo de vida. Apuesto por la cantidad de millones que perdería la industria de la droga legal y por la calidad y esperanza de vida que ganaría la afortunada población que no toque píldora.
El primer pilar de la medicina integrativa es honrar al cuerpo y la habilidad intrínseca de curarse a sí mismo. Dadas las condiciones adecuadas, nuestros cuerpos pueden cuidarse y repararse: es el poder regenerativo y curativo de la naturaleza. La medicina convencional es altamente eficiente en muchos casos, pero no es la respuesta para todas las situaciones. Creo con firmeza que el cuerpo tiene la habilidad de curarse con nutrición y estilo de vida, como lo hizo siempre antes de los antiácidos y los anti todo: anti- infecciones, anti- histamínicos, anti-hipertensivos, anti- inflamatorios, anti- depresivos, anti- virales, anti- diarreicos…
Sé que hay muchos anti “anti-todo”, y se llaman nutrientes. Lo que comemos no solo es energía, es información para nuestras células, nuestros genes y nuestros procesos.
Es realmente poderoso contar con una herramienta rápida que ayude a regresar la salud al punto deseado, pero en un punto hay que retroceder con la medicación. Esta es una trampa homeostática, mientras más medicamento tomamos, más empuja en contra el cuerpo, y solo aumentando la dosis se puede conseguir el efecto para el que se prescribió. Esta trampa no es menos que mortal, el ciclo nunca acaba, solo se acaba el cuerpo.
Podría escribir por horas sobre el tema, pero ya estuvo largo. Gracias por leer.
Te dejo con esta idea: dependemos de la industria de la alimentación para nutrirnos, y no es nuestra salud su motivador primario, y dependemos de la industria de la salud para curarnos, desafortunadamente esta no conoce mucho sobre nutrición. Estamos en el medio de un portal abierto que pone espadas y paredes en ambos lados, por eso nos toca tomar un rol activo y no depender solo de terceros para defender nuestra salud. La salud nos da opciones de una vida plena, todos tenemos el derecho a experimentarla, y la enorme responsabilidad de hacer lo que podamos para conservarla. Tenemos una voz, usémosla para defenderla, para defendernos.